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Hoy hace dos años que la administración Obama empezó con la implementación del programa Acción Diferida para los Jóvenes Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), una iniciativa que otorga protección temporal a los jóvenes indocumentados que han crecido en este país. A pesar de los continuos ataques de los extremistas antiinmigrantes, el programa –que ha aprobado caso por caso a más de medio millón de solicitantes– tiene el apoyo de la mayoría de los estadounidenses.
“En los últimos dos años, DACA ha sido un rotundo éxito, permitiendo que cientos de miles de jóvenes continúen estudiando y persiguiendo sus sueños profesionales sin miedo a ser deportados”, dijo Janet Murguía, presidenta y directora general del NCLR (Consejo Nacional de La Raza). “Para estos jóvenes trabajadores que han crecido en Estados Unidos, asistiendo a la escuela y trabajando en este país, DACA ha mantenido viva la promesa del sueño americano y ha permitido que nuestro país se beneficie completamente de su talento y aportaciones”.
“Cuando el presidente utilizó su poder ejecutivo hace dos años, fue frente a la obstinación de los legisladores del Congreso que rechazaron la autorización de la Ley DREAM”, continuó Murguía. “Como muestra la vergonzosa votación reciente en la Cámara de Representantes, estamos de nuevo en un callejón sin salida en el Capitolio, con los mismos legisladores intransigentes oponiéndose a trabajar por una solución que arregle nuestro sistema disfuncional de inmigración. Ahora más que nunca, necesitamos que el presidente Obama ejercite su poder ejecutivo para ampliar la ayuda y limitar las deportaciones innecesarias para que estos estadounidenses trabajadores y con aspiraciones, se queden con sus familias”.
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